Los móviles y tablets están volviendo a definir rápidamente cómo funciona Internet. Hace tiempo, Apple aparcó la tecnología Flash a favor de sus aplicaciones, y ahora, la manera de entender cómo se diseña, construye y codifica una página web está volviendo a cambiar.

Desde hace algunos meses, el foco principal de nuestra actividad se centra en rediseñar las webs de clientes de toda la vida para que éstas se acojan a los estándares de la RWD, “Responsive web design”. Las webs RWD son páginas preparadas para adaptarse dinámicamente al espacio físico que proporcione el dispositivo de que se trate. Si es un móvil, el espacio será estrecho y alargado, y si se gira, el contenido cambiará su estructura esencial para ajustarse al nuevo espacio. Ocurre lo mismo si se visita la página desde un iPad o un ordenador de escritorio convencional.

Esto se consigue creando código especial que vuelve líquidas las estructuras internas de la página, y no solo el sistema interno de rejillas, sino las imágenes, la ubicación de ciertos elementos, etc.

El diseño web “Responsive” está siendo más y más importante debido a que la cantidad de tráfico generado por aparatos móviles se cuenta como más de la mitad del tráfico global de Internet. Google se ha dado cuenta de ello y está empezando a posicionar mejor las páginas que están preparadas para verse en un dispositivo móvil si la búsqueda se hace desde uno. Esta bonificación, lógicamente, se traduce en una penalización para todas aquellas webs que no están preparadas para funcionar en un terminal móvil.

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